Microsoft ha aprovechado la gala de los Game Awards 2019 para dar a conocer la Xbox Series X, su consola para la nueva generación y que vendrá a competir directamente contra PlayStation 5, mientras que Sony aprovechó la jornada para lanzar Godfall, lo que será el primer juego de la PS5.

La nueva consola de Microsoft, conocida hasta ahora como Proyect Scarlett, llegará al mercado en diciembre de 2020 y tendrá forma de torre y conservará la unidad de discos física, una de las grandes incógnitas que había sobre la próxima generación de consolas.

Se estima que la consola podrá ser hasta cuatro veces más potente que la Xbox One X actual, al tiempo que consumirá menos energía por lo que será más eficiente y silenciosa. En concreto, la compañía ha explicado que se podrá jugar en 4K a 60FPS, con posibilidad de hasta 120 fps, incluido el soporte para frecuencia de actualización variable (VRR) y capacidad de 8K. Además, incorporará SSD para eliminar los tiempos de carga.

Sony contraatacó lanzando Godfall, el primer juego de PS5.

La apuesta es un “looter-slasher”, desarrollado por Counterplay Games, y publicado por Gearbox, que se instalará como un RPG de acción situado en un entorno de fantasía que contará con combates en tercera persona.

Desde ya es descrita como una apuesta en el que cada golpe contará y además contará con un modo cooperativo para jugar en compañía de otros dos jugadores.

El siguiente es el primer tráiler que presenta a tres personajes que escapan de un edifico que colapsa, mientras cargan armas encatandas potenciadas con elementos mágicos.